miércoles, 5 de noviembre de 2008

Arellano dice que está demente


Arellano dice que está demente
El juez Víctor Montiglio ordenó ayer su traslado desde la Clínica Villa Soleares al Hospital Militar, donde al general (R) Sergio Arellano se le practicarán pericias para determinar una supuesta demencia y mal de Alzheimer.

LA NACION.CL


En el Hospital Militar se encuentra el ex jefe de la Caravana de la Muerte, general (R) Sergio Arellano Stark (87), donde peritos del Servicio Médico Legal (SML) deberán practicarle una serie de exámenes para determinar la efectividad de una supuesta demencia y mal de Alzheimer.

Los resultados determinarán dónde deberá cumplir la sentencia de seis años de presidio que, en última instancia, resolvió en su contra el pasado 15 de octubre la Sala Penal de la Corte Suprema como coautor de los homicidios de cuatro militantes socialistas el 2 de octubre de 1973 al interior de la Escuela de Artillería de Linares en la Séptima Región, en el episodio San Javier-Linares de los crímenes del escuadrón que dirigió.

Ante la inminencia de su arresto para entrar a cumplir esta sentencia, "El Lobo" como lo apodaron sus camaradas de armas por su terquedad, se refugió en los últimos días en la clínica especializada en deficiencias mentales Villa Soleares ubicada en Río Maule 555 en la comuna de Las Condes, aquejado de un pretendido deterioro mental y enfermedad de Alzheimer.

Allí fue detenido ayer por efectivos de la Brigada de Derechos Humanos de la Policía de Investigaciones, previo a que el ministro Víctor Montiglio lo notificara del cumplimiento de su condena y ordenara su traslado inmediato al Hospital Militar.

Ayer el magistrado dijo que demandó varias pericias al SML, de las que "dependerá" el lugar donde Arellano deberá cumplir su condena. El juez expresó que "mientras se realicen estas pericias que son complejas", Arellano se mantendrá en el Hospital Militar.

El abogado querellante Hugo Gutiérrez comparó la situación de "El Lobo" con la del dictador Augusto Pinochet, quien en 2000 y precisamente para tratar de que se revocara su procesamiento por los crímenes de la Caravana de la Muerte y evitar así una próxima condena se declaró demente.

Este estado que fue relativamente confirmado por una rueda de pericias médicas, a juicio de los querellantes, adolecieron entonces de varios vicios.

Estos informes condujeron a que las cortes de Apelaciones de Santiago y Suprema declararan a Pinochet aquejado de un "estado de demencia progresiva e incurable".

Sin embargo, como varios jueces lo afirmaron en privado, éstos se percataron después de que "fuimos engañados" por Pinochet que pronto dio muestras de una buena memoria y facultades mentales aptas para enfrentar un proceso.

"Esto es el síndrome Pinochet, y ahora tenemos a Arellano Stark haciéndose pasar por loco", dijo Gutiérrez, quien hoy junto al abogado del Programa de Derechos Humanos del Ministerio de Interior, Boris Paredes, interpondrán un escrito para que Arellano sea trasladado a la cárcel de Punta Peuco o al Penal Cordillera de Peñalolén, independientemente de los tests que se le practiquen.

Los prisioneros muertos al paso de la Caravana de la Muerte por ciudades del sur y norte del país superaron los cien, mientras todos los otros capítulos de este operativo siguen aún abiertos en estado de investigación a cargo del juez Montiglio.

EL OTRO "HUÉSPED"

En el mismo Hospital Militar se encuentra también recluido el ex fiscal militar de la Escuela de Artillería de Linares, Carlos Romero Muñoz, igualmente condenado a seis años de presidio por los crímenes de los jóvenes Teófilo Arce Tolosa, José Sepúlveda Baeza, Leopoldo González Norambuena y Segundo Sandoval Gómez.

Romero ingresó el fin de semana a ese recinto para que se le practique una supuesta operación.

Arellano fue finalmente denunciado en el proceso por sus propios hombres, quienes le enrostraron que la misión de la comitiva fue matar prisioneros, y no "acelerar procesos" y "velar por juicios justos" como fue la versión oficial del viaje del escuadrón.

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