martes, 10 de noviembre de 2009

CARTA A BACHELET

5 Noviembre 2009

Estimada Sra. Bachelet,

Presidenta de Chile

Con la presente nos dirigimos a usted para expresarle nuestra profunda indignación frente a los sucesos que están ocurriendo y que afectan al pueblo mapuche en Chile.Mirando en retrospectiva los conflictos que se han desarrollado los últimos años, no podemos menos que concluir que el estado chileno está llevando adelante una guerra en contra del pueblo mapuche. Por esta razón le queremos pedir que antes que concluya su mandato tome la decisión de detener esta guerra e inicie un serio trabajo para restaurar la paz entre el estado y el pueblo mapuche basado entre otras cosas en la implementación de los convenios internacionales firmados por Chile.La evidencia de los conflictos muestra que el pueblo mapuche está desprotegido juridicamente tanto en lo que respecta a los derechos humanos y las libertades fundamentales de los individuos del pueblo mapuche. Los casos de asalto y agresión a niños, mujeres, ancianos y adultos están bien documentados. Otra indicación de la indefensión del grupo étnico originario más grande del país es el gran número de presos políticos mapuches - y de aquellos que aún no siendo mapuches solidarizan con las reivindicaciones de este pueblo. A todos ellos se les juzga aplicando la ley anti-terrorista. Esto conlleva que estos prisioneros no son reconocidos como presos políticos y que sus derechos como tales siguen siendo violados al interior de las cárceles chilenas. Es una terrible verguenza para todos los chilenos y para su gobierno en especial que hoy existen casos de gente mapuche que ha tenido que solicitar asilo político ya que su seguridad personal estaba en peligro si continuaban viviendo en Chile.Cuando el estado de Chile, el 15 de Septiembre se adhirió al convenio 169 de la OIT, la comunidad internacional y los pueblos originarios en Chile esperaban que estos principios pudieran finalmente terminar con la sistemática represión hacia el pueblo mapuche. Desgraciadamente para los mapuche, en lugar de obtener reconocimiento como pueblo con derechos sobre tierras y territorios ancestrales, derechos a no ser discriminados y a poder ser un agente participativo sobre sus derechos y sobre todos los asuntos que impacten a este pueblo directamente hemos visto una activa participación de agentes gubernamentales que trabajan concienzudamente para encubrir los atropellos a que el pueblo mapuche está sometido. Ejemplos de esta situación son las actividades de Pérez Yomas, Rosende y Viera-Gallo que desconocen y ocultan el tratamiento represivo hacia los mapuches y por consiguiente negando de hecho el tratamiento y derecho a justicia imparcial a ellos. Estas intromisiones de personeros de su administración son imperdonables y no deben continuar.Nos parece que la creación de los recientes organismos destinados a tratar los asuntos de los pueblos indígenas tiene pocas posibilidades de éxito cuando se crean sin consultar e incorporar a los pueblos indígenas en su formación y gestión.Señora presidenta mientras se continúe utilizando legislación anti-terrorista para criminalizar al pueblo mapuche por luchar por sus legitimas reivindicaciones no se resolverán los problemas.El estado chileno y sus gobiernos de turno debieran• No seguir tratando de engañar a la comunidad internacional como lo trato de hacer recientemente Viera –Gallo en el pasado mes de Mayo en Ginebra.• Debieran entender que la nación chilena debe ser inclusiva, que el pueblo mapuche de hoy forma parte de la riqueza etnica originaria del país a quienes no se les debe continuar reprimiendo. Las políticas de exclusión interfieren directamente de forma negativa en el desarrollo de la democracia chilena y provocan retraso en zanjar la heridas y divisiones entre distintas etnias.• La política de exclusión en las áreas social, política, económica del pueblo mapuche representa por un lado la perpetuidad de falta de oportunidades/pobreza para esos individuos y para el resto del país representa el no beneficiarse de la diversidad que aporta el pueblo mapuche. Finalmente Sra Bachelet le pedimos a usted como presidenta de Chile que asuma su responsabilidad histórica y promueva la construcción de la paz entre el estado chileno y el pueblo mapuche, ya que el estado chileno hasta ahora principalmente ha apoyado a las compañías forestales y de energía en contra de los intereses ancestrales de los pueblos originarios, especialmente el pueblo mapucheLe saludamos cordialmenteCarmen FuentesCristina GodoyIvonne SzaszOfelia NistalNidia CastroElena SanchezSara De WittEx Presas Dictadura Pinochet

martes, 3 de noviembre de 2009

Soldados chilenos admiten que mataron por presión en gobierno de Pinochet






Foto: En esta foto de archivo de septiembre de 2008, familiares muestran imágenes de disidentes chilenos desaparecidos durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). Ex reclutas podrían revelar los lugares donde están los restos de los desaparecidos pero tienen miedo de ir a la cárcel por estar desprotegidos jurídicamente. (AP foto/Archivo de Roberto Candia)

Me hicieron torturar, yo soy un torturador“, reconoció el domingo a la AP el ex soldado Jorge Acevedo, que como muchos jóvenes de 18 años se vieron involucrados en el cruento golpe de estado que el general Augusto Pinochet lideró en 1973.

La admisión de culpas de Acevedo fue producto de la exhortación que hizo a centenares de ex soldados Fernando Mellado, presidente de la Agrupación de Ex Conscriptos de 1973 de Santiago, para que entreguen información sobre los crímenes de la dictadura y el paradero de los caso 1.200 detenidos-desaparecidos, según cifras oficiales.

Me hicieron torturar, yo soy un torturador porque me amenazaron que si no torturaba, me iban a matar“, declaró.

“Me mandaban los superiores con gente muerta al hombro hasta cierta parte del campo de prisioneros de Cerro Chena (a la salida sur de Santiago). Por la mañana veíamos con anteojos de larga vista que los recogían, metidos en sacos paperos, y los tiraban a los camiones que se los llevaban”, agregó.

Hombres con historias de crueldad parecidas a las de Acevedo empezaron se reunieron a un par de cuadras de la sede de gobierno y del edificio de las fuerzas armadas.

Tienen la esperanza de que se les devuelva lo que sienten que les quitaron: parte de sus ínfimos sueldos que debía contribuir a sus pensiones de vejez, pero que desapareció.

Mellado les informó de las hasta ahora inútiles gestiones para que les devuelvan ese dinero y para que les brinden atención de salud, especialmente mental, a centenares ex reclutas que sufren problemas psiquiátricos por las vivencias que enfrentaron cuando los obligaron a participar en la sublevación militar.

Maltraté a mi esposa, a mi hijo. No me di cuenta como había quedado: violento y alcohólico“, agregó Acevedo a la AP.

Tenían apenas 18 años, eran menores de edad, y se le entregó un fusil de guerra y los mandaron a cuidar, torturar o asesinar prisioneros.

Mellado les contó que recientemente varios diputados los trataron de asesinos y torturadores cuando acudieron a ellos para exponerles sus problemas, porque no entendieron que “fuimos utilizados y obligados a ser testigos” de hechos atroces.

Para demostrarles que no lo son, los exhortó a entregar, por ahora en forma anónima, la información que pueden poseer sobre los crímenes de la dictadura (1973-1990) y, especialmente, donde hay fosas clandestinas con desaparecidos.

Acevedo reconoció que varias personas murieron mientras él les aplicaba corriente.

No sabe dónde están los muertos, pero especula que quizás usaron unas minas que había en el mismo recinto del campo de prisioneros.

La mayoría reconoce que no ha hablado por temor a que los puedan detener y procesar.

Una de las excepciones es el ex recluta Jaime Jurado, que dijo a la AP que ha entregado informes a activistas de derechos humanos.

Participó en la “caravana de la muerte”, una comitiva militar que por orden de Pinochet, según indagaciones judiciales, recorrió el país en helicópteros agilizando consejos de guerra, lo que se tradujo en el asesinato y desaparecimiento de casi un centenar de opositores, incluso de algunos que estaban ya condenados a dos meses de cárcel.

“Yo anduve en el (helicóptero) Puma 253, fuimos a Futrono (en el sur) y el primer día fuimos a recorrer el pueblo porque nos habían dicho que había unos ex GAP (Grupo de Amigos Personales del derrocado presidente Salvador Allende)”, contó Jurado.

Agregó que “ellos se entregaron, los llevamos al campamento y un oficial, delante de nosotros, le pega un balazo en la cabeza. Al otro lo fusilaron en el patio“.

Jurado también estuvo en la Escuela de Paracaidistas de Peldehue, a la salida norte de la ciudad. “Atrás en el polígono había cualquier cadáver, adentro de la Escuela”.

En los terrenos del ejército en Peldehue se han ubicado un par de decenas de cadáveres, algunos de personas que estuvieron con Allende el 11 de septiembre de 1973, minutos antes que se suicidará para no caer en las manos de los militares.

(Con información de AFP)Soldados chilenos admiten que mataron por presión en gobierno de Pinochet