Stone, que concedió la entrevista antes de que se supiera que el niño cautivo, de tres años, no estaba ya en poder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) sino en un orfanato en Bogotá, culpa del fracaso de la operación al presidente de Colombia, Álvaro Uribe, y al Gobierno de Estados Unidos. "Escuché de dos fuentes rivales ese día que Uribe había telefoneado a (George W.) Bush la víspera o el mismo día. Esa llamada a Bush es significativa", señala."Yo dije entonces: ¡Vergüenza para Colombia, vergüenza para Uribe!, pero quería decir al mismo tiempo: ¡Vergüenza para Bush!. Creo que Bush tiene una actitud de despecho hacia Chávez, como le ocurre a todo el 'establishment' estadounidense. Quieren que Chávez fracase", subraya Stone.
El cineasta considera lo ocurrido como un capítulo más en la larga historia de injerencias y de explotación de América Latina por Estados Unidos, porque gobiernos de este país han apoyado a los dictadores cada vez que les ha interesado. Estados Unidos "parece tratarla como su patrio trasero. La gente hace todo tipo de cosas en sus patios traseros. Arrojan basura, mean, dejan crecer las malas hierbas, hacen lo que les viene en gana", afirma Stone. "Creo que siempre (los norteamericanos) hemos tenido la idea de que es algo nuestro. Colombia es lo único que nos queda. Es una gran inversión. Creo que hablamos de casi 1.000 millones (de dólares de ayuda militar) al año. Es el equivalente de una guerra secreta", agrega el realizador.
Colombia, según el cineasta, "rebosa de equipo militar y tecnología estadounidenses (...). Existe sólo para (combatir a las FARC. Y ellos lo saben. Son muy paranoicos, y tienen todo el derecho a sentirse así. Todos los colombianos con los que hablé tienen miedo de un tipo u otro a los militares. Éstos son los más peligrosos, no las FARC".
El realizador estadounidense considera que esa guerrilla es "un ejército campesino", un ejército tipo Zapata.
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