Entregada en La Moneda el 31 de agosto de 2007 Sra. Michelle Bachelet
Presidenta de Chile
Presente
De nuestra consideración:
El Observatorio de la Escuela de las Américas, que agrupa a diversas organizaciones de derechos humanos, tiene a bien dirigirle estas líneas para expresarle nuestra preocupación y molestia por el hecho de que el Ejército de Chile ha continuado enviando militares a instruirse a la tristemente recordada Escuela de las Américas. La citada entidad ha seguido operando en el Fuerte Benning, con los mismos instructores, bajo el nombre de Instituto de Cooperación y Seguridad del Hemisferio Occidental (Whinsec, en sus siglas en inglés).
La Escuela de las Américas ha tenido distintas denominaciones desde su fundación en 1946. Desde entonces, ha jugado un rol determinante en las violaciones a los derechos humanos en toda América Latina. En Chile, la mayoría de los oficiales de la DINA fueron graduados en esta singular institución militar. También sirvió de soporte para la coordinación de los ejércitos sudamericanos en la Operación Cóndor. Los resultados están a la vista: millares de violaciones a los derechos humanos en nuestra patria, donde familiares, entre ellos hijos, madres y viudas que, hasta hoy, no han tenido acceso a la justicia y ni siquiera a saber el paradero de sus deudos y que, en consecuencia, mantienen abiertas sus heridas. Son el testimonio viviente de una historia que no queremos volver a vivir.
La Ideología de la Seguridad Nacional, propiciada por el poder de Estados Unidos y por la Escuela de las Américas, ha sido el sustento ideológico para que un sector de nuestro país utilizara a nuestras Fuerzas Armadas para reprimir a sus mismos compatriotas en defensa de intereses transnacionales. Las Fuerzas Armadas sirvieron a estos intereses y permitieron que se enajenaran las empresas públicas y, muchas veces, se cedieran grandes extensiones de tierras de todos los chilenos a empresas extranjeras.
La Escuela de las Américas y su sucesora están actualmente cuestionadas por la comunidad de derechos humanos, así como también por los mismos ciudadanos de los Estados Unidos que exigen su cierre definitivo.
Resulta significativo que esta "Escuela de asesinos", como es conocida, haya sido condenada por muchos representantes del Congreso Norteamericano que, en junio pasado, votaron una Moción de Ley presentada por el representante demócrata McGovern y que, a pesar de no haber sido aprobada, obtuvo 203 votos a favor. Sólo por una diferencia de seis votos no se cerró la Escuela de las Américas y no se creó una Comisión Investigadora a cargo de la triste historia que encierra esta academia militar, como pide la propuesta legislativa.
La Escuela de las Américas no es un asunto del pasado reciente como algunos afirman. Por tal razón, los gobiernos de Argentina, Uruguay, Venezuela y recientemente Costa Rica decidieron, en los últimos años, retirar sus tropas de esta academia militar. En igual sentido, Brasil ya no enviará más soldados a la Escuela de las Américas. Bolivia ha señalado que realizará un retiro gradual de su contingente que asiste a sus cursos.
No ha ocurrido algo similar en nuestro país. De acuerdo a los antecedentes entregados por el Departamento Comunicacional del Ejército, durante el año 2006 asistieron a la Escuela de las Américas 170 soldados chilenos, (en su mayoría cadetes de la Escuela Militar), a supuestos cursos de Asistencia Médica de Combate; curso de Liderazgo de Combate; curso de Operaciones de Ingenieros y curso de Perfeccionamiento para Suboficiales. Cursos que siguen fomentando el combate y el enfrentamiento y que están lejos de buscar la "Paz, Libertad y Fraternidad", como reza un eslogan de Whinsec.
Lo más grave es que militares chilenos participan del funcionamiento de dicha institución como personal de planta con cargos de Subcomandante, de Sargento Mayor de Comando y con un Instructor Invitado por 2 años. Es legítimo preguntarse por qué militares chilenos trabajan para un instituto militar extranjero. También consideramos legítimo que la ciudadanía sepa la respuesta.
El Observatorio de la Escuela de las Américas, por tal razón, solicita a usted que Chile suspenda los envíos de militares a la Escuela de las Américas, hoy conocida como Whinsec.
El Observatorio de la Escuela de las Américas también le solicita un informe detallado de las materias que han recibido los graduados chilenos en la academia militar en cuestión; el monto del presupuesto que se destina a estos envíos; quién y bajo qué ordenamiento jurídico se ha autorizado que personal militar chileno preste servicios a un ejército extranjero; qué cadetes han asistido a la Whinsec; igualmente, qué familiares de ex personal militar procesado por violaciones a los derechos humanos y siguen carrera militar han participado de estas actividades y por qué. Finalmente, le solicitamos un informe detallado de los contenidos y horas pedagógicas que se dan en instrucción en el ejército sobre materias de derechos humanos.
Un "nunca más", como lo han señalado los Presidentes de Chile en los últimos años y el mismo ex Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, Juan Emilio Cheyre, debe significar que en el Ejército de Chile se den todos los pasos necesarios para erradicar de la formación militar materias y discursos que signifiquen, en el presente y en el futuro, que se vuelvan a cometer violaciones a los derechos humanos. Terminar los envíos a la Escuela de las Américas será un paso importante en función del "nunca más".
Esperando su pronta respuesta, le saluda Atte.
Observatorio de la Escuela de las Américas
Alejandra Arriaza
Abogada,
En representación del Observatorio de la Escuela de las Américas.
Huérfanos 1373, Oficina 1202. Teléfono-Fax: 6954529
E-mail: observadoreschile@gmail.com
La carta fue firmada además por:
- Diputado Sergio Aguiló
- Diputado Tucapel Jiménez
- Diputado Marcos Enríquez-Ominami
- Mireya García, dirigente Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos de Chile.
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